Por Ander Barroso.-
El Athletic cerraba la fase de grupos de la Europa League con el billete para la próxima ronda más que asegurado. A La Catedral llegaba el Werder Bremen, el otro clasificado del Grupo L. Desde que se conoció el grupo allá por el mes de septiembre, los alemanes siempre han sido los grandes favoritos del grupo.
Y el equipo de Thomas Schaaf ha cumplido con las expectativas al sumar diecinueve puntos de veintiuno posibles. Como locales lo han ganado todo y encima por más de un gol de diferencia siempre, mientras que fuera de Bremen sólo han perdido dos puntos en Viena. Todo lo demás lo ha saldado a su favor el cuadro alemán.
En San Mamés el potencial del Werder no decepcionó, ni mucho menos. Es cierto que el Athletic salió con muchos suplentes, mientras que Schaaf apostó por casi toda su artillería, pero no hay escusas. La superioridad del cuadro germano fue evidente desde el primer minuto. Y es que los alemanes apostaron por un fútbol eléctrico, al primer toque y con mucho criterio.
Los visitantes tuvieron en todo momento la posesión de un balón que a los de Caparrós en la fría noche de Bilbao les quemó. La agobiante presión del Werder en la salida de balón de los leones provocó que el Athletic perdiese la pelota con mucha facilidad y esta vez no tenía la presencia de Llorente para, al menos, colgar balones a la luna del área rival.
Los dos primeros tantos del Bremen fueron de cabeza, pero si el problema del Athletic sólo hubiese sido aéreo el balance no sería tan malo. Y es que los hombres de Schaaf fueron superiores en todo. Atrás, Naldo y Mertesacker no dieron opción alguna a Diaz de Cerio y Toquero, voluntariosos pero poco afortunados.
Antes del descanso, Rosenberg sentenció al equipo vasco al aprovechar un pase de Pizarro al hueco ganando la espalda a un Amorebieta que no tuvo una anoche demasiado acertada. En la medular, Borowski y Frings no sólo estuvieron por encima de Javi Martínez y Yeste, sino que también sorprendieron con llegadas improvisadas desde atrás.
La segunda mitad, con media Catedral vacía, sirvió para que el partido se alocase, perdiese el orden táctico y tanto unos como otros abusaron del fútbol directo. El Athletic llegó más que en la primera parte, pero sus llegadas fueron sin fuerza ni chispa. Caparrós prefirió no forzar el debut de Ramalho, que en los próximos meses se convertirá en el primer futbolista de color que defiende la camiseta del primer equipo.
El Werder rozó la perfección y claro está que de haber rendido así a lo largo de lo que llevamos de Bundesliga, estaría en la primera posición, aunque tampoco debemos ser alarmistas, porque está cuarto y a sólo cuatro puntos del Leverkusen. Si bien, también tenemos que tener en cuenta que Caparrós aprovechó el choque para hacerle debutar a Aurtenetxe, en un equipo con una media de edad de 23 años pero buscar escusas sería perder el tiempo, porque el Werder es bastante superior al Athletic. Ahí empieza y acaba todo.
Estoy contigo que el Werder fue muy superior al Athletic tanto en San Mames como en Bremen pero aunque no sea una excusa las bajas y las rotaciones mermaron al Athletic .
ResponderEliminarDe todas formas esperemos un sorteo benévolo con los leones para mañana .
Un saludo
El Werder demostró su calidad en un campo difícil como es San Mamés.
ResponderEliminarSaludos.
El Werder demostró su superioridad. San Mamés es un campo muy duro donde los alemanes han sabido imponer su autoridad.
ResponderEliminarTengo ganas de ver al joven Jonás en acción, un hito en la historia, un antes y un después en el Athletic.
Un saludo Ander! ventanadefutbol.blogspot.com
El Athletic tenia muchos jugadores jovénes, en cuanto al Werder Bremen. Creo que es un equipo que le escozió muchísimo perder la final de la UEFA el año pasado y creo que este año les da igual si tienen presupuesto o no, van a por ella. Apuesto por una final Olympique de Marsella - Werder Bremen con victoria alemana.
ResponderEliminarBuen post, me encanta leer tus entradas son buenas.
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Te agradecería mucho que te pasaras