Sin renunciar a nada

Por Ander Barroso.-

El pinchazo del Sevilla en casa daba la posibilidad al Valencia de subir al tercer puesto de la clasificación y el cuadro de Unai Emery no desaprovechó su oportunidad. El equipo ché sumó su sexto triunfo liguero lejos de Mestalla, siendo así el mejor visitante del campeonato, 18 de 21, igualado con el Barca.

Y es que el Valencia tiene mucha pólvora arriba. Villa y Silva son los dos claros estandartes en ataque, pero Emery cuenta con más variantes. Pablo Hernández se ha consolidado en el once, no quiero olvidarme de Mata, mientras que Joaquín también es importante, aunque no dispute todos los minutos que a él le gustaría.

San Mamés no es un escenario precisamente sencillo y los hombres de Emery eran conscientes de ello. Además del gran calor del público bilbaíno, el jugador 12 del equipo local, también era una amenaza la gran fortaleza de los de Caparrós a balón aéreo. Pero Llorente se rompió a la media hora, y la zaga ché respiro más tranquila.

El Athletic volvió a tirar de lo de siempre. A la hora de la verdad, faltó calidad. Susaeta volvió a estar de notable alto en el desborde, pero sigue sin ver puerta. De David López empiezo a estar un poco cansado y no por qué falló el penalti, ya que eso es algo que cualquier futbolista puede fallar, sino porque cada vez ofrece menos.

Tal es la inoperancia ofensiva de los leones, que Muniain volvió a ser decisivo y adelantó a los locales en el marcador en una gran acción de inteligencia y habilidad. El chaval llevaba un mes y medio sin ser de la partida porque ha estado con España en el Mundial sub 17, se le echaba de menos y es un gran revulsivo cuando salta al campo. Un gran dato de ello es que siempre ha marcado saliendo desde el banquillo.

Con el 1-0, el Valencia lo tenía todo en contra, pero fue cuando dio la cara de verdad y le dio la vuelta al partido. Una buena acción de Pablo fue rematada con una espléndida volea por Villa, que le tiene cogida la medida a La Catedral, dónde hace no mucho consiguió un hat-trick.

Poco duró la alegría a los de Caparrós, que poco después se quedaron con un hombre menos por la expulsión de Koikili. Entonces, Emery recurrió a la figura de Nicola Zigic, el Valencia empezó a colgar balones al area del Athletic y en una de estas acciones, Mathieu aprovechó un rechace de Iraizoz para darle la vuelta a la tortilla.

Los rojiblancos todavía tuvieron la oportunidad del penalti, pero el disparo de López pegó en el poste. El Athletic contó con tres saques de esquina en el descuento, con todo el Valencia encerrado. Hasta Iraizoz se asomó al area de César y estuvo a punto de marcar, pero los tres puntos se fueron a Valencia.

Los de Emery no renuncian a nada, están a tres puntos del Real Madrid, con el que precisamente se verán las caras el sábado en Mestalla. Una final para el cuadro ché, que si gana igualará a puntos al equipo blanco. Sin Cristiano y Kaká, el Madrid no es tan temido, pero la asignatura pendiente de este Valencia está como local y claro está que para luchar por el título, debe hacer de su estadio un fortín.