Por Ander Barroso.-
El Valencia de Unai Emery estaba obligado a comenzar el 2010 con buen pie en Mestalla, donde ha perdido varios puntos que le han descartado por la lucha del título. Con Pablo Hernández y David Silva en la grada, el técnico guipuzcoano apostó por la presencia de Joaquín y Mata en las bandas, mientras que la delantera estuvo formada por Villa y el joven Jordi Alba.
Los de Emery fueron de menos a más, pero siempre con el poder del partido en sus manos. El Espanyol se mostró como un equipo poco ambicioso y pese a ello, con el marcador en tablas, dio algún susto que otro a la parroquia valencianista. Su clasificación no es una casualidad y Pochettino va a tener que trabajar a fondo para mantener a su equipo en Primera, aunque el cuadro catalán no está entre los tres peores de la Liga.
El Valencia no tiró la toalla en ningún momento, pese a que la desesperación llegó a ser máxima. Tuvo que imprimirle mucha velocidad a su fútbol para superar las dos líneas que plantó el Espanyol del centro del campo hacía atrás. Villa se hartó a fusilar a Kameni, pero el camerunés estuvo sensacional en su último partido antes de partir rumbo a la Copa de África. Y cuándo no era el portero perico, eran los postes los que privaban al Guaje de marcar su primer tanto del año e igualar a Ibrahimovic como máximo goleador con doce goles.
Ante el temor de volver a pinchar en casa, Emery recurrió a Zigic para bombear el area del Espanyol con balones aéreos. Era la última arma que le quedaba a un Valencia que necesitaba los tres puntos para mantenerse por delante del Sevilla.
Llegó el descuento, la afición del Valencia empezaba a abandonar Mestalla decepcionada, Ramírez Domínguez descontó dos minutos y con el tiempo extra transcurrido, un gran pase de Joaquín, que está qué se sale, fue rematado, cómo no, por el gigante serbio, que envió el balón al fondo de la portería con una potencia abrumadora.
No hubo tiempo para más. Se dictó justicia y el Valencia saboreó su primera victoria del año a última hora. Y Zigic volvió a hablar en el campo para demostrar que puede llegar a ser una pieza muy importante en este Valencia de Emery, que pese a apostar por el toque, también le viene bien alguien como Nicola para partidos como los del sábado.
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